¿CÓMO PODEMOS MANEJAR LAS EMOCIONES?

SALUD MENTAL / 29 Jun 2022 / Por: Andres Alvarez

En el dominio público, apenas pasa un día sin que los medios saquen a la luz pública un comentario o reacción que cause revuelo. Se pide que rueden cabezas y las respuestas van desde retractaciones ("Me disculpo por mi falta de juicio...") hasta desafíos ("actue en defensa de...").

La situación inversa es que nos sentimos atrapados por el miedo o la ansiedad y no logramos aprovechar el momento para hablar o actuar de acuerdo con nuestros valores. Las consecuencias de la congelación pueden ser tan perjudiciales como las de una reacción exagerada y, a veces, más. De cualquier manera, manejar nuestras emociones es un asunto complicado.

Cuando reflexionamos sobre estas situaciones, la explicación más común es: "Mis emociones sacaron lo peor de mí". Pero esto plantea una pregunta seria: ¿Estamos en control de nuestras emociones o ellas están control de nosotros? Nadie nos enseño esto en la escuela y a consecuencia de ellos tropezamos en el mundo de los adultos con una gran cantidad de emociones, que van desde la alegría hasta el miedo y la ira, sin un manual sobre cómo vivir con ellas.

Para navegar a través de este campo de batalla emocional, debemos hacer algunas distinciones importantes:

1. No podemos, simplemente, encender y apagar las emociones: Estas van y vienen, nos guste o no. Una vez que tengamos esto claro podemos dejar de esperar a que desaparezcan las emociones no deseadas. La idea de que podemos desterrarlos no ayuda; son parte integral de la experiencia humana. Además, cuanto más nos esforcemos por vivir de acuerdo con nuestros valores y compromisos, más surgirán nuestras emociones para desafiarnos.

2. Las emociones no son positivas o negativas: El cerebro humano está diseñado para categorizar. Lo mismo hace con nuestras emociones. Esto tuvo un sentido evolutivo para nuestros antepasados, quienes aprendieron a reaccionar ante las amenazas externas con el propósito de sobrevivir. A medida que los humanos desarrollamos el lenguaje, empleamos el mismo proceso de clasificación de nuestro estado interno, incluidas nuestras emociones. Así, vemos la alegría como algo positivo y el miedo como algo negativo, cuando en su raíz, son simplemente emociones.

3. No eres tus emociones: Las emociones son, por su propia naturaleza, fuertes. Sin embargo, es importante tener claro que tú no eres tus emociones. Eres una persona con valores y compromisos que tiene emociones que se desencadenan de manera regular y continua. Este punto puede parecer semántico, pero no lo es. Cuando nos fusionamos con nuestras emociones, pensando que "ellos" y "nosotros" somos lo mismo, somos efectivamente secuestrados por ellas. Si puedes notar las emociones sin convertirte en ellas, ya no determinan tu comportamiento

4. Siempre tenemos una opción: Un pensamiento o sentimiento en sí mismo no le impide u obliga a tomar una acción. Poder observar nuestras emociones, incluso cuando se sienten abrumadoramente poderosas, crea un espacio en el que podemos hacer referencia a nuestros compromisos y valores. Si bien no siempre podemos elegir nuestras emociones, podemos elegir nuestra respuesta a ellas. Esto llega al corazón de la responsabilidad, y la responsabilidad es probablemente lo más parecido a un superpoder que poseemos los seres humanos.

Ira y Agresión: Como controlarlos

La ira es una emoción normal y natural, que probablemente todos hemos sentido al menos en algún momento de nuestras vidas. La ira puede ser bastante aterradora porque puede llegar de repente, pero también porque puede provocar comportamientos muy irracionales e impredecibles en nosotros y en los demás La agresión es un comportamiento, a menudo, estrechamente relacionado con la ira. Las personas enojadas pueden volverse agresivas y las personas agresivas pueden enojarse, pero no son lo mismo.

No hay duda que tanto la ira como la agresión pueden provocar situaciones muy incómodas, ya sea que tú seas el enojado o el receptor. Aprender más sobre la ira y la agressión nos puede ayudar para que en las situaciones que involucren cualquiera de las dos sean menos estresantes.

¿Qué es la ira?

La ira es una emoción normal y completamente saludable que podemos experimentar cuando nos sentimos:

  • atacados

  • engañados

  • frustrados

  • invalidados o tratado injustamente

No es necesariamente una emoción 'mala'; de hecho, a veces puede ser útil. Por ejemplo, sentirse enojado por algo puede:

  • ayudarnos a identificar problemas o cosas que nos están haciendo daño

  • motivarnos a hacer cambios, alcanzar nuestras metas y seguir adelante

  • ayúdarnos a mantenernos a salvo y a defendernos en situaciones peligrosas brindándonos una explosión de energía como parte de nuestro sistema de lucha o huida (fight or flight).

Aprender formas saludables de reconocer, expresar y manejar la ira es importante para nuestra salud mental y física.

¿Cuándo es la ira un problema?

La ira solo se convierte en un problema cuando se sale de control y te hace daño a ti o a las personas que te rodean. Esto puede suceder cuando:

  • Expresas regularmente tu ira a través de un comportamiento destructivo.

  • Tu ira está teniendo un impacto negativo en su salud física y mental

  • La ira se convierte en tu emoción principal, bloqueando tu capacidad de sentir otras emociones

  • No has desarrollado formas saludables de expresar tu ira

La forma en que te comportas cuando estás enojado depende de qué tan bien puedas identificar y lidiar con tus sentimientos, y cómo hayas aprendido a expresarlos.

¿Que es la agressión?

En psicología, el término "agresión" se refiere a una variedad de comportamientos que pueden resultar en daños tanto físicos como psicológicos para uno mismo, para los demás o para los objetos del entorno. La agresión se centra en lastimar a otra persona, ya sea física o mentalmente.

Tipos de Agresión

La agresión generalmente se divide en dos categorías.

1. agresión impulsiva: Este tipo de agresión, también conocida como agresión emocional o afectiva, tiende a surgir directamente de las emociones que experimentas en el momento. En cambio, puede sentirse incontrolable o parecer que viene de la nada.

2. agresión instrumental: Este tipo de agresión, también conocida como agresión cognitiva, implica la planificación y la intención, por lo general para lograr un deseo u objetivo específico.

Señales de agresión

Debido a que el comportamiento agresivo tiene la intención de lastimar a alguien que no quiere ser lastimado, debe implicar acción: simplemente pensar en lastimar a alguien o sentirse enojado no es suficiente, y lastimar a alguien accidentalmente no califica. Los comportamientos agresivos pueden ser:

  • Físico: como golpear, patear o apuñalar a otra persona. Dañar la propiedad es también una forma de agresión física.

  • Verbal: que puede incluir burlas, insultos y gritos.

  • Relacional: que tiene la intención de dañar las relaciones de otra persona. Esto puede incluir difundir rumores y decir mentiras sobre otra persona.

  • Pasivo-agresivo: tiene la intención de hacer daño de forma indirecta (e.g. comentario sarcástico), en lugar de causar daño directamente.

Tratamiento para el comportamiento agresivo

Es humano sentirse frustrado y molesto de vez en cuando, y estas emociones podrían llevarlo fácilmente a responder con un comportamiento agresivo en ciertas situaciones.

Trabajar para desarrollar y practicar habilidades más fuertes de regulación emocional puede marcar una gran diferencia, absolutamente. Pero acudir a un profesional de la salud mental siempre es una buena opción cuando el comportamiento agresivo:

  • sucede con frecuencia

  • causa problemas en tus relaciones personales y profesionales

  • afecta tu vida diaria

  • se siente incontrolable

Impacto de la agresión

La agresión puede afectar tu salud y tus relaciones.

En la mayoría de los casos, el comportamiento agresivo ocurre por una razón. Identificar las principales causas de la agresión puede ayudarte a evitar situaciones potencialmente desencadenantes, lo que sin duda puede marcar la diferencia.

Sin embargo, ten en cuenta que no podrás evitar todos los factores desencadenantes. Es por eso que tomar medidas para cambiar directamente tu comportamiento puede hacer más para ayudar a prevenir una agresión en el futuro. Un terapeuta puede enseñar estrategias para manejar mejor tus emociones y mantener el control, lo que puede conducir a una comunicación más útil, asertiva y productiva en momentos de tensión.

...Si descubre que expresas tu ira a través de la agresión y la violencia, esto puede ser extremadamente aterrador y dañino para ti y las personas que te rodean por lo que es importante que consideres hablr de un profesional de la salud mental.