PELÍCULA GUATEMALTECA, GANA TRES PREMIOS MÁS EN FESTIVAL DE CUBA

ACTUALIDAD / 20 Dec 2019 / Por: Celeste Hernández

La Llorona es una historia de fantasmas íntima contada a través de una vívida figura femenina. Gasta en los temas de pérdida, negación y aceptación.

La película guatemalteca contó con la actuación de María Telón y María Mercedes Coroy, protagonistas de la historia, la cual, valiéndose de la leyenda original homóloga, tiene muy presente la herencia cultural y se desarrolla durante la guerra civil, entre las masacres ocurridas en Guatemala.

Esta producción se centra en el mito original de La Llorona en una historia que comienza durante la guerra civil en Guatemala, está llena de fantasía y suspenso. En esta ocasión, compite junto a:

  • A Febre, Maya Da-Rin —Brasil—.
  • 1100, Diego Castro —Argentina—.
  • Canción sin número, Melina Leon —Perú—.
  • La Bronca, Daniel y Diego Vega —Perú—.
  • Aleli, Leticia Jorge Romero —Uruguay—.
  • Ceniza negra, Sofía Quiros Ubeda —Costa Rica—.
  • La vida invisible de Euridice Gusmao, Kaim Ainouz —Brasil—.
  • Una madre increíble, Franco Lolli —Colombia—.
  • Las Buenas intenciones, Ana García Blaya —Argentina—.

La llorona (Jayro Bustamante, Guatemala) que obtuvo Mención especial del Jurado y premio al notable trabajo de sonido de Eduardo Cáceres. El realizador chileno Jorge Riquelme Serrano fue merecedor del Coral a la dirección de Algunas bestias.

Premios 


  • Coral Especial de Ficción por el jurado del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
  • Glauber Rocha otorgado por la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina.
  • Galardón del mejor sonido.

Jayro Bustamante es parte de ese movimiento. Con Ixcanul (2015), su primera película, trajo a la pantalla la lengua del pueblo maya, la voz de las mujeres indígenas y  el registro de la dominación a la que son sometidas, a la vez que la situación de pobreza que viven muchas comunidades en su país. En su opera prima mostró un especial talento para la construcción del espacio narrativo a través del manejo plástico y sonoro consistente, a partir del espacio real evocado, que es a la vez físico, simbólico e histórico.

Este año Bustamente fue sin dudas la gran estrella de los festivales internacionales de cine, siendo el único realizador que participó de las selecciones oficiales de dos de los más importantes: llegó a Berlín con Temblores y a San Sebastian con La llorona. Ambas películas se presentaron en esta nueva edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

El otro realizador guatemalteco presente en La Habana, César Díaz, estrenó Nuestras Madres en Cannes, donde fue premiado y también obtuvo en octubre de este año el premio como mejor director del Festival de cine de Pingyao (China). Este primer largometraje de Díaz se proyecta también en la capital cubana.

El genocidio en primer plano

No hay dudas que entre Nuestras madres y La llorona hay un vínculo profundo. Como ocurrió en Argentina entre los años ’80 y los ’90, y un poco más tarde también en Chile, el cine guatemalteco está en buscando nuevas formas y nuevos ejes narrativos para contar el terrorismo de Estado y el genocidio de comunidades indígenas.

Los documentales siguen construyendo un relato sobre el tema y alumbran espacios históricos específicos, ficciones como  La llorona y Nuestras madres dejan interesantes espacios abiertos, suman voces, lenguas, rostros y silencios. La verdad aparece muchas veces desde lo indeterminado, de esos espacios vacíos de la historia que el arte logra captar. Así el cine aporta a la construcción colectiva de la memoria.