MISTERIOS
Desde hace mucho tiempo, el gato ha tenido un significado especial. Se sabe que los egipcios, allá por el 2900 a. C., ya le rendían culto, por ejemplo, la diosa Bastet, a quien se le atribuían propiedades tanto de la mujer como del gato, ya que era diosa de la guerra, de la fertilidad, guardiana del hogar y que era también relacionada con el culto a la luna, clara influencia felina. Esta diosa, venerada sobre todo en el delta del Nilo, se representaba con cuerpo de mujer y cabeza de gato, y se cuenta que defendió a Ra (el dios Sol) de Apofis (deidad del mal con forma de serpiente).